( Temístocles Salazar )
Estamos celebrando el bicentenario del 5 de Julio de 1811, la fecha más sagrada de la historia patria, la de la Declaración de la Independencia de Venezuela del imperio español, cuando se juntaron las voluntades más nobles del país de entonces para construir una nación independiente y soberana.
El 5 de Julio fue culminación de un proceso de formación de la conciencia nacional, que tuvo entre sus propulsores fundamentales a la prensa, que estaba recién instalada a partir del 19 de Abril de 1810. La “Gaceta de Caracas”, creada en 1808, se convirtió en instrumento en favor de la república que se abría paso.
En dicha Gaceta se recogieron artículos de Juan Germán Roscio sobre la nueva república a la cual se aspiraba, donde se impugnaba el régimen monárquico; se recogieron también artículos del irlandés William Burke, donde se planteaban “Los derechos de América del Sur”. “El Publicista Venezolano”, tuvo entre sus redactores y patrocinantes figuras como Gual, Ustáriz, Tejera, García de Sena, Coto Paúl, Guillermo Pelgrón (maestro de Bolívar). “El Semanario”, de Caracas, redactado por el humanista Miguel José Sanz, que trataba de comercio, literatura y política. “El Mercurio Venezolano”, redactado por el patriota Francisco Isnardi. “El Patriota Venezolano”, órgano de la Sociedad Patriótica y redactado por Vicente Salias y Muñoz Tébar. Esta prensa contribuyó eficazmente a la separación de España, y en ella se ventilaban los problemas más acuciantes de ese momento histórico que se vivía, que tuvo como epicentro el Congreso Constituyente de 1811.Estamos celebrando el bicentenario del 5 de Julio de 1811, la fecha más sagrada de la historia patria, la de la Declaración de la Independencia de Venezuela del imperio español, cuando se juntaron las voluntades más nobles del país de entonces para construir una nación independiente y soberana.
El 5 de Julio fue culminación de un proceso de formación de la conciencia nacional, que tuvo entre sus propulsores fundamentales a la prensa, que estaba recién instalada a partir del 19 de Abril de 1810. La “Gaceta de Caracas”, creada en 1808, se convirtió en instrumento en favor de la república que se abría paso.
Ese Congreso, desde que se instaló en Marzo de 1811, mantuvo una actitud moderada, timorata si se quiere, y no terminaba de pronunciarse sobre la polémica Declaración de Independencia. La incorporación tardía de Miranda al Congreso, como diputado por El Pao, provincia de Barcelona, contribuyó a acelerar el movimiento por la independencia nacional.
El 01 de Julio de 1811, el Congreso tomó una extraordinaria medida que nos acercaba a la anhelada Declaración de Independencia, tal fue la “Declaración de los Derechos del Pueblo”, que fijaba los derechos y deberes del individuo y los del cuerpo social.
El 3 de Julio, el diputado de Guanarito (hoy estado Portuguesa), José Luis Cabrera, planteó el debate que culminaría en la Declaración de Independencia, es decir, propuso si era o no conveniente la Declaración susodicha. Esto provocó un encendido debate donde intervinieron Martín Tovar Ponte, Fernando de Peñalver, Fernando Toro, Mariano de la Cova, Francisco Hernández, José María Ramírez, y el propio Miranda, que apoyaron en lo fundamental la Declaración. Solamente Manuel Vicente de Maya, el padre Maya, diputado por La Grita, se opuso, invocando las instrucciones recibidas por sus comitentes griteños, y su posición fue pitada por las barras. Ese mismo día se verificó una tumultuosa sesión de la Sociedad Patriótica, donde Bolívar, con apenas 28 años de edad, pronunció uno de sus discursos más interesantes de su vida, de los cuales se recuerda aquella célebre frase: “pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos”. Esa Sociedad Patriótica nombró una Comisión para que presentase al Congreso sus sentimientos y conclusiones libertarias.
El día 4 de Julio, continuó la discusión en el Congreso sobre la Declaración, y se aprobó que el Presidente del Congreso conferenciara con el Poder Ejecutivo sobre la conveniencia de aprobar la Declaración de Independencia, si ella era compatible con la seguridad pública.
El 5 de Julio fue el día decisivo. El Presidente Rodríguez Domínguez, comunicó al Congreso la opinión favorable del Ejecutivo Nacional referente a la Declaración de Independencia. La opinión fue apoyada inmediatamente por Miranda, quien pronuncia un discurso memorable con frases dramáticas: “o la vida para siempre o el sacrificio de todos nosotros por la felicidad de la Patria”. El diputado de Cumaná, Juan Bermúdez, objetó la Declaración por inoportuna y declaró que su Provincia no estaba preparada para los ataques que vendrían de parte de los españoles. Antonio Nicolás Briceño, diputado por Mérida, pide votación secreta a la que se opuso la mayoría, y Briceño terminó votando por la Independencia.
El padre Maya, argumentando una vez más, que tenía un mandato imperativo que había recibido de los pueblos de La Grita, repite sus objeciones formuladas el día anterior y pide que en el acuerdo que se tome se deje constancia de su discrepancia. Briceño, el de Mérida, le contestó que las instrucciones que recibió de los merideños son iguales a las que recibió el padre Maya de los griteños, de no votar por la Independencia, pero ante las circunstancias históricas que se vivían, Briceño no duda que los merideños se adherirán después a su posición por la Independencia. Luego interviene Roscio, quien pronuncia un discurso sólido donde expresa, de manera categórica, las razones jurídicas de la Independencia.
Luego hablan a favor de la Independencia los sacerdotes Cazorla, Unda, Fernández Peña, Quintana, Delgado. El padre Maya se quedó prácticamente solo. Se pronuncian discursos memorables de Palacio Fajardo, por supuesto de Miranda, López Méndez, Pérez de Pagola, Ramírez, Maneiro, Sata y Bussy, Juan Pablo Pacheco, Lino de Clemente, el Marqués del Toro, todos por la Independencia. El padre Maya insiste de nuevo en sus objeciones, pero en medio de una entusiasta y frenética multitud, es aprobada por el Congreso la Declaración de Independencia.
El Presidente del Congreso anunció declarada solemnemente la Independencia absoluta de Venezuela, y este anuncio fue seguido de vivas y aclamaciones del pueblo, que había permanecido como espectador activo y respetuoso de esta augusta y memorable controversia. Había triunfado la conciencia patriótica en las clases dirigentes del país. El Ejecutivo Nacional ordenó repicar las campanas como expresión de júbilo por tan memorable suceso.
Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi quedaron comisionados de redactar el Acta de Independencia. Aprobada dicha Acta el día 07 de Julio, fue presentada al Ejecutivo Nacional, quien expidió el Decreto de publicación. El día 14 de Julio se publicó por bando en Caracas en ceremonia pública. Los hijos del mártir José María España fueron portadores ese día de la Bandera Nacional en la Plaza Bolívar de Caracas, donde fue ahorcado su padre. Lo demás es historia heroica por doscientos años por defender nuestra soberanía e independencia nacionales.
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